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Diario de campo


Gerson Barrantes Arrieta

Una de muchas historias de miedo

Fue un día de fin de semana no preciso si fue un sábado o domingo aproximadamente tres años atrás, para un diciembre, pero bueno, mi esposa y yo fuimos a visitar a mi suegra que en ese entonces cuidaba una quinta ubicada en los alrededores de la Garita en Alajuela, es un lugar con mucho espacio, piscina, y dos casas, una donde ella se quedaba y la otra la de los dueños, los que según mi suegra Elizabeth nunca llegaban a la quinta o al menos en el tiempo que ella estuvo en ese lugar, la casa es grande de dos piso echa de madera y un poco descuidada al menos por fuera que era la parte que se podía ver un poco tenebrosa.

Ese día temprano mi suegra nos contó que siempre en la noche ella escuchaba gente hablando y en susurros y caminando por la terraza que pegaba con el cuarto donde ella dormía, pero pesaba que eran vagabundos que se metían a la propiedad, por lo que salía para ahuyentarlos y pero en el momento que ella abría la puerta todo se quedaba en silencio y no escuchaba nada más durante toda la noche, por lo nosotros le dimos la razón de que eran personas molestando.

Para una semana después de ese fin de semana, mi suegra nos cuenta que después de ese día renuncio porque se llevó tremendo susto, susto que no la dejo dormir toda la noche y además no esperaba quedarse en ese lugar por más tiempo, impresionados por la decisión tan abrupta, le preguntamos qué fue lo que sucedió como fue ese susto, incrédulos pensamos que había sido algún mal entendido, pero en el momento que ella nos empieza a contar, que después de que salimos de la quinta que fue alrededor de las siete de la noche, ella se quedó acomodando unas sillas y la mesa se fue para el cuarto para descansar vio una luminaria por la ventana y le llamo la atención y pensó que había dejado la luz de la terraza encendida por lo salió para apagarla pero cuando salió todo estaba en oscuridad, no le dio mucha importancia por lo que se regresó, pero volvió a ver la luz y se asomó por la ventana y lo que vio es que era una luz de uno de los cuartos de la casona pero se apagaron de forma inmediata, ella cuenta que se fue a dormir y escucho como sonaban cucharas y platos y como si estuvieran picando algo sobre una tabla, ella se empezó a preocupar, por lo que se volvió a asomar por la ventana y no logro ver nada, en ese momento se le empezó a poner la piel de gallina, después de un rato nuevamente empezó a escuchar susurros y risas, cuenta que se vino un ventolero y un frio que lo sintió hasta en los huesos, logro escuchar como la empezaba a sonar como si abrieran y cerraran la llave de la pila de la terraza y como si hubiese gente corriendo por todo lado, y dice que lo único que se le ocurrió fue encender todas la luces incluyendo las de la terraza y en ese momento todo se detuvo, dejo de soplar el viento y ya no sentía tanto frio más que el normal por lo que dejo las luces encendidas por lo que quedaba de la noche lo cual no era mucho el tiempo que faltaba para que amaneciera.

Por mi parte estoy un poco incrédulo con lo sucedido ya que pienso que pudo haber sido el sonido de los árboles y lo del frio era diciembre por lo que hay mucho viento y temperaturas más bajas de lo normal, pero también me deja a perspectiva ya que ella tomo una decisión muy repentina y sin muchas contemplaciones, como ella, mi suegra dice que ni loca pasaría un día y mucho menos una noche en ese lugar. Claro yo aunque como dije antes incrédulo, pero como ella lo cuenta tampoco iría más a ese lugar.


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